Desde la invención de la cámara fotográfica, el derecho a la propiedad intelectual ha sido una cuestión controversial. La música no es una excepción. A medida que la tecnología ha avanzado, la forma en que se consume la música también ha cambiado. La música se puede escuchar en línea, descargar, transmitir y, por supuesto, ver en videos.
Con la popularidad de las redes sociales, los videos musicales se han vuelto muy populares. Las personas los usan para promocionar sus bandas favoritas, para mostrar sus habilidades de baile o simplemente para compartir una canción que les gusta. Sin embargo, muchos de estos videos infringen los derechos de autor de la música.
Los derechos de autor de la música se rigen por leyes federales y estatales. Estas leyes protegen a los músicos y compositores al garantizar que reciban una compensación por el uso de su música. Cuando se graba una canción, se crean dos obras separadas: la composición musical y la grabación de la misma. Estas dos obras tienen derechos de autor separados.
Para poder usar una canción en un video, se necesitan permisos de los titulares de los derechos de autor de la composición y de la grabación. Esto significa que, si usted quiere poner una canción de Taylor Swift en su video, necesitará el permiso de Taylor Swift y de la compañía discográfica que tiene los derechos de la grabación.
Muchas personas creen erróneamente que si no están vendiendo el video, no necesitan obtener el permiso de los titulares de los derechos de autor. Sin embargo, esto no es cierto. Cualquier uso de una obra protegida por derechos de autor, incluidos los videos musicales, requiere el permiso del titular de los derechos de autor.
Hay varias maneras de obtener el permiso de los titulares de los derechos de autor. La forma más fácil es a través de una licencia de derechos de autor de música. Hay compañías que ofrecen estas licencias por una tarifa mensual o anual. Con una licencia, usted puede usar cualquier canción que desee en sus videos, siempre y cuando cumpla con las condiciones de la licencia.
Otra opción es ponerse en contacto directamente con los titulares de los derechos de autor de la composición y la grabación. Esto puede ser un proceso más largo y costoso, pero también es posible.
Ahora bien, existen alternativas gratuitas que permiten usar librerías de música en los videos que se publican en redes sociales, como las librerías o colecciones oficiales de Facebook o Youtube, o portales como mixkit.co que permiten descargar cientos de archivos de audio de diferentes ritmos y estilos sin copyright.
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